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Uso del símbolo en productos de timbrados y estancados

El monopolio o estanco sobre ciertos productos reportaba pingües beneficios a la Hacienda Pública: era el caso, entre otros, de la fabricación y venta de las labores del tabaco, cerillas y explosivos; de la extracción y comercio de la sal, el plomo y azogue; y, la emisión de papel y efectos timbrados.


Todos los productos estancados debían llevar obligatoriamente las marcas oficiales de la Monarquía o de la Nación.

Papel sellado

En uso desde el reinado de Felipe IV hasta mediados del siglo XIX. Fue el antecedentes del impuesto del Timbre.

 

La Renta del papel sellado era un impuesto que gravaba la redacción de todos los documentos que tenían que ser presentados ante la Administración o que debían surtir efectos fedatarios respaldados por el poder público.

Se estampaba el sello real con el nombre del monarca vigente y la tasa correspondiente. Es el antecedente del papel timbrado y de las pólizas o timbre móvil.

 

Su confección era cometido de las Reales Casas de Moneda. La primera imagen, corresponde a una emisión de papel sellado válido para el año 1748. El escudo es de Fernando VI, quién adoptó el mismo blasón que su padre.

La segunda imagen es del período de Fernando VII. El papel sellado lleva el escudo reducido de Monarquía española. Corresponde a la emisión válida para el año 1825. La tercera imagen corresponde a una emisión de papel sellado para el año 1837.

 

El escudo corresponde al reinado de Isabel II. Está inscrito en un círculo que a su vez está orlado por una rama de olivo, símbolo del servicio público y de la paz. No debe olvidarse que en 1837 la Primera Guerra Carlista estaba en su cénit y que la Hacienda Pública liberal sufrió verdaderos quebraderos de cabeza para poder finan-ciar el esfuerzo bélico y consolidar un nuevo sistema social que apoyase incondicionalmente el constitucionalismo: la burguesía.

Muestra de papel de envolver las labores de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla

La importancia del estanco del Tabaco y la necesidad de controlar su contrabando obligó durante el siglo XIX a que las distintas labores producidas por cada una de las reales fábricas llevasen una envoltura propia. En ellas figuraba el escudo real como símbolo oficial, el tipo de labor que contenía el paquete y la fábrica de procedencia.

 

El envoltorio forma parte del «Álbum de las muestras de papel impreso y cortado para el empaque de las diferentes clases de picaduras y cigarrillos destinado al surtido de las fábricas de tabacos del Reino. Servicio adjudicado por cuatro años a la viuda e hijos de Fernández Iglesias y ejecutada en una de sus fábricas, situada en la finca de la Esperanza de Madrid». El álbum se conserva en el Archivo General del Ministerio de Economía y Hacienda, libro 22.895.

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