

Inscripciones
La señalización de los edificios y oficinas públicas se regula en la actualidad por la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común y sus normas de desarrollo: el Real Decreto 1465/1999, de 17 de septiembre, por el que se establecen criterios de imagen institucional y se regula la producción documental y el material impreso de la Administración General del Estado; y la Orden de 27 de septiembre de 1999 por la que se aprueba el «Manual de Imagen Institucional de la Administración General del Estado».
Sin embargo el uso de inscripciones para comunicar al ciudadano la función oficial de un edificio arranca desde mucho más atrás, tiene su origen en las placas conmemorativas que se ordenaba poner en ellos en el momento de su construcción.
Inscripciones en la Real Cada Aduana
Dos de las inscripciones más antiguas que se conservan en el Ministerio de Economía y Hacienda figuran en su fachada principal. Son dos, una en latín y otra en castellano. Conmemoran la fecha de construcción del edificio, bajo el reinado de Carlos III y señalan el destino que se le daba: la sede de la Aduana, o lo que es lo mismo la Dirección General de Rentas.
Según cuenta Damián de Galmes, autor en 1870 de un valioso opúsculo sobre la construcción del edificio, la función de ambas placas no era otra que explicar la «naturaleza y destino» de la Real Casa Aduana. La elección de los dos textos no estuvo exenta de complicaciones. Se presentaron muchas proposiciones, siendo todas ellas rechazadas. Finalmente parece ser que el texto adoptado fue propuesto por Sabatini en persona, ayudado por algún amigo experto latinista. El maestro encargado de confeccionar las inscripciones fue Ballina.



Inscripción señalando el acceso a los «Reales almacenes de la Renta del Tabaco»
Data del año 1769. Forma parte de la señalítica original de la antigua Real Casa Aduana. Este rótulo avisaba del acceso a los sótanos donde se ubicaban los almacenes de las labores de tabaco que luego se distribuían a las distintas expendedurías o estancos para su venta.
Éstos probablemente dejaron de tener uso a partir de 1817 con la instalación de la Real Fábrica de Tabaco. Las distintas reformas acometidas en el edificio del Ministerio llevaron a que la inscripción fuese tapada por sucesivos revocos. Fue descubierto durante las obras de rehabilitación para instalar el archivo y la biblioteca del Ministerio de Economía y Hacienda.